jueves, mayo 11, 2017

5to Domingo de Pascua 2017



“Hogar Dulce Hogar”

 Todos tenemos la experiencia de lo maravilloso que es llegar a casa después de una larga jornada de trabajo, de una enfermedad larga y penosa en el hospital, y aun regresar de vacaciones. Da un sentimiento de descanso y comodidad, que nos obliga a expresar “Hogar dulce hogar”. 
 
Donde crecimos, sea en el país que sea nos saca profundos suspiros al recordar los momentos felices que pasamos en compañía de nuestros padres, hermanos y toda la familia incluyendo a los vecinos. 

La vida pasa y se va y solo el recuerdo queda para disfrutar.  
Tenemos diferentes facetas en la vida, de las cuales tenemos que aprender  de las experiencias vividas. Pero siempre el recordar el hogar, aunque nos resistamos a veces a los recuerdos, estos afloran a nuestra mente como inmensa y agitada catarata. ¿Que nos asusta de los recuerdos? ¿Que nos hace feliz recordar?

En el Evangelio de hoy el Señor Resucitado nos recuerda que se va al Padre, que vuelve a casa. Nos pide con las siguientes palabras conservar la paz. “No se turben; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar”. (Juan 14:1-2). 

Jesús, nos frece creer en Dios y en el lugar que él nos ha preparado. El hogar para toda la eternidad, donde estaremos fuera de cualquier problema y que será compartido con el Señor Resucitado. Por lo tanto, desde ahora disfrutemos de ese sentimiento de acogida y amor que se nos da al llegar a casa. ¡Nuestra Casa! Ahi, donde estan los que quiero, los que me hacen feliz.

Preguntas para reflexión durante la semana:

¿De qué forma Jesús, me está guiando por medio de la comunidad a llegar a casa?

¿Qué caminos debo de buscar para disfrutar mi hogar con la familia?

¿Soy de los que no quiero llegar a casa y me entretengo en otros lugares que me alejan de mi familia?

©Lupita Vital Cruz
Directora del apostolado Hispano
Vital@dsj.org

lunes, mayo 01, 2017

Domingo del Buen Pastor



“El nos Llama por Nuestro Nombre”

Después del largo invierno  por fin llega la primavera. Cuando esta llega es como una súbita revelación. Primero, apenas visible un tinte de verde barre a través de las estériles montañas. En tan solo unos días, las hojas brotarán de los árboles llenándolos con su follaje. Largo silencio, cubre de nieve la copa de las cerros, la vida se rompe en libertad, llenando los valles y las montañas hasta el borde.

Montañas, valles y colinas renovados con el calor del sol, muestran profundamente el sabor de la abundancia de la creación. ¿Cuántas veces hemos tratado de subir lo más alto para ver y palpar la majestad de la postura de las montañas?
 
Si ponemos atención a los montañistas que hasta mueren tratando de escalar lo más alto y palpar la belleza y la maravilla que les llena de paz y silencio al llegar al tope de la montaña. Apenas el domingo 30 de abril de 2017  Ueli Steck, de 40 años el alpinista veloz, que basaba su existo en la alegría murió en la montaña cerca del Everest.  ¡Descanse en paz! 

Pase lo que pase, no importa lo que hagamos, no importa cuánto sufrimos para continuar en la vida llenándonos continuamente de energía, de nueva vida tanto en lo físico como en  lo espiritual, debemos de poner atención en la naturaleza que cada año estrena vestido nuevo sin perder su esencia y su candor. 

La Lectura de Hechos 2:36-41, invita con claridad al arrepentimiento, es un mensaje urgente de actuar como bautizados. 

La voz de Jesús en el Evangelio de este cuarto Domingo de Pascua nos presenta al Señor como el Buen Pastor, y de cómo nos sigue llamando día tras día, nos sigue invitando a renovarnos a caminar a su lado. 

Grandes pastos verdes nos esperan  si entramos por su puerta. “Yo soy la puerta: el que entre por mi estará a salvo: entrará y saldrá y encontrará alimento”. (Juan 10:9).
 
Preguntas de reflexión para la semana:

¿Qué nos dice Jesús sobre su vocación de Buen Pastor?
¿Qué voces escucho y sigo en la actualidad?
¿Soy una oveja que sigo al Pastor, o me pierdo facilmente entre el ajetreo de otras voces?

Lupita Vital Cruz
 Vital@dsj.org