Cápsula para la catequesis dominical
¡El Amor Permanece para Siempre!
Por Lupita Vital
Recuerdo, con gran claridad a cada uno de mis patrones o (jefes), como se les suele decir en el mundo hispano. Cada uno tenía su estilo propio de mandar y sentir que el/ella tenía el poder. Su forma de hablar de mandar muchas veces de mala manera ha hecho que no los olvide tan fácilmente. Aunque desde luego también guardo en mi memoria detalles lindos de estas personas. A través del tiempo he visto que las cosas no han cambiado mucho. La realidad es que al decir patrón inmediatamente pensamos en un empleado(a) o sirviente. Porque una persona ordena y la otra obedece.
El Evangelio de este VI domingo de Pascua nos recuerda que el Señor Jesús es un patrón a todo dar y nos trata con dignidad. Sus palabras deben de hacer eco en estos tiempos en que la humanidad esta rota y muere día a día sin compasión.
Jesús nos llena el corazón de esperanza con sus palabras. “Ya no los llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre”. (Juan 15, 15). No hay ninguna clave secreta en el Evangelio de hoy, Jesús nos hereda el amor.
Pero usted se preguntará: ¿Cuál es mi responsabilidad ahora para demostrar el amor? ¿Quiénes son los patrones o (jefes) de nuestros tiempos? ¿Cómo son tratados los servidores o trabajadores?
Piénsalo, y decide hacer algo concreto para que no pierdas de vista al patrón, que ya pronto se perderá entre las nubes. Abre tu corazón al amor y descubrirás que eres el patrón y servidor de tú misma vida.