viernes, noviembre 30, 2007

¡Vivimos en la Oscuridad!







Ya Viene la Luz Alégrate
Por
Lupita Vital C.

“Harán arados de sus espadas y sacarán hoces de sus lanzas. Una nación no levantará la espada contra otra y no se adiestrarán para la guerra. Pueblo de Jacob, ven: ¡caminemos a la luz de Yavé”! (Isaías 2:4-5)

Cada minuto que sale el sol en este tiempo de invierno se siente una sensación de alegría, nuestro impulso es de movernos más rápido para hacer nuestros mandados. Pensamos, pronto, debo terminar porque la oscuridad de la noche llegará y lo que queremos es estar en casa lo más temprano posible. Hay una sensación de “prisa” que nos mueve a buscar la luz que nos llena de energía para continuar en nuestras labores cotidianas.

El Adviento, es el tiempo de buscar la luz en la oscuridad, es el tiempo de dejar las tinieblas que nos atrofian y no nos dejan ver la luz que nos rodea. Debemos saber que el profeta Isaías, la Virgen María, Juan Bautista y Mateo nos dan pautas para vivir en la luz. Es tan sencillo como dejar las armas y buscar la paz, dejar la envidia y vivir en armonía. ¡Que difícil para estos tiempos! Pero veamos a que nos invita el Evangelio de San Mateo en este Adviento.

Ciclo A
Primer Domingo de Adviento (2 de diciembre 2007)

Lecturas
Isaías 2:1-5
Salmo 122
Romanos 13:11-14
Mateo 24:37-44

“Estén despiertos, porque no saben en qué día vendrá el Señor.” El mensaje de Mateo es urgente nos invita a que estemos despiertos a que veamos todo lo que tenemos y seamos agradecidos. Despertemos y veamos que es lo que queremos celebrar en este tiempo o reformar en nuestra vida, despertemos y seamos sensitivos a las realidades que nos rodean. ¡Hay tanto que ver! Examinemos hacia donde va nuestra energía de cada día preguntémonos ¿Dónde gastamos el tiempo? Vivir el momento presente es estar alertas es vivir en paz. ¿En este momento de mi vida en qué es lo Dios me pide que este alerta?

Segundo Domingo de Adviento (9 de diciembre de 2007)

Isaías 11:1-10
Salmo 72
Romanos 15:4-9
Mateo 3:1-12

“Una voz grita en el desierto: Preparen un camino al Señor; hagan sus senderos rectos.” Juan no nos trasmite muchos términos para ver a Dios. Sus fuertes palabras nos exponen al desierto y al sol. Seremos juzgados y es mejor que estemos preparados invirtiendo tiempo en nuestras agendas tan ocupadas en preparar el camino para que llegue el Señor. En este asunto nos dice Juan no puede haber ninguna excusa. No solamente es decorar la casa con muchas lucecitas y figuras del nacimiento, es mucho más que eso. Es darle el centro de nuestra vida a Jesús. ¿Qué haré en este Adviento para darle a Jesús el lugar que le corresponde?

Tercer Domingo de Adviento (16 de diciembre de 2007)

Isaías 35:1-6, 10
Salmo 146
Santiago 5:7-10
Mateo 11:2-11

“¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?” por lo menos los discípulos de Juan andaban buscando, ellos tenía sus ojos y oídos abiertos a lo que estaba pasando. Sabían que Dios estaba haciendo algo nuevo entre ellos. Juan los había capacitado para que estuvieran alertas y así poder anticipar la acción de Dios y estar preparados a responder a ella. Uno de los retos más fuertes de estos tiempos es el capacitarnos a escuchar y poner atención.

Las cosas no son nada más porque si, como dice la gente, hay que descubrir a Dios en medio del trajín de cada día. Las lecturas de hoy nos dan un fuerte mensaje de movernos a buscar a Dios y de escuchar lo que nos dice. Durante el Adviento la Iglesia nos da la oportunidad de anticipar la venida de el Salvador, no pongamos en saco roto todo lo que podemos cambiar en esta temporada de luz. ¿Qué hábitos debo de adoptar para encontrar a Dios? ¿Cómo me puedo dar cuenta lo que Dios está haciendo hoy en mi vida?

Cuarto Domingo de Adviento (23 de diciembre de 2007)
Isaías 7:10-14
Salmo 24
Romanos 1:1-7
Mateo 1:18-24

“Cuando José se despertó...
Para José la vida no fue como se suponía que debía haber sido. En su mente el solo tenía dos opciones, el que María fuera castigada por la ley y posiblemente muriera apedreada o dejarla en secreto para no difamarla. A pesar de estas buenas intenciones que José tenía Dios le pide otra cosa completamente diferente, que creyera en algo más radical. Que su mujer estaba embarazada del Espíritu Santo.

José ahora tenía que lidiar con un tercer dilema más allá de la ley. Amar a María y llevarla a su casa como su esposa.
Cuando José despertó tenía el reto de la fe es decir creer en lo que el Señor le había encomendado.
En las áreas de nuestra vida donde las cosas no van como quisiéramos. ¿Cuáles son los caminos que Dios me esta ofreciendo para amar y entender su mensaje?

Natividad del Señor (25 de diciembre de 2007)

Isaías 52:7-10
Salmo 98
Hebreos 1:1-6
Juan 1:1-18

La luz
y la vida vienen a través de Cristo Jesús. Las palabras “luz y vida” son mencionadas varias veces en las lecturas de hoy. Por la Palabra que se hizo Hombre es que tenemos la luz y vida nueva en Cristo Jesús. Hoy es el día de celebrar el amor en toda su belleza y esplendor, hoy es el día en que Dios nos colma de gracia, verdad, luz, amor, justicia y paz.

Es solo cosa de nosotros el responder a estas maravillas del “Emmanuel” el Dios vivo hecho Hombre para llenar la tierra de armonía y vivir en cada ser humano. Ojalá que hoy todas las gentes de la tierra encontremos la luz que brilla en la tinieblas. “JESUS.”

¡Feliz Navidad y próspero Año 2008 a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que luchan incansablemente por la justicia y la paz!

martes, noviembre 06, 2007



Seguimos Hablando de la Santidad…
Por
Lupita Vital

El pasado primero de noviembre día de todos los Santos y Santas, tuve la oportunidad de asistir a misa en la Misión Santa Clara, en Santa Clara California. Me llamo la atención la homilía que el Presidente de la Universidad Padre Paul L. Locatelli, S.J. compartió con la asamblea en este día tan importante para todas las personas bautizadas y llamadas a la santidad.

El nos dijo; “que una vez él se pregunto como sería el crecer en una familia Italiana.” Su respuesta fue la siguiente; “crecer en una familia Italiana, y ser miembro de la primera generación, papá y dos hermanos, sencillamente hicimos santa a mi mamá.” ¡Y ella lo es!

El nos continuó diciendo. Que uno de sus tiempos más difíciles en su vida fue el 24 de enero del año 2003. Se preparaba para asistir a unas reuniones en la Capital del País, cuando recibió una llamada de su querida cuñada diciéndole que su mamá había fallecido temprano esa mañana.

Cuando nosotros perdemos a nuestros padres, esposo(a), y los amamos profundamente, nuestras mentes y corazones se hunden en profundos sentimientos de dolor, pena, tristeza, esperanza, maravilla y de amor.

Cuando tome el avión para llegar a casa, muchas preguntas daban vuelta en mi cabeza.


  • ¿Qué es lo que realmente creo de la muerte y la resurrección?


  • ¿Qué es lo que voy a decir en su misa?


  • ¿Podré decir algo que tenga sentido?


  • Y me seguía haciendo más preguntas tales como.


  • ¿Nuestras vidas en la tierra realmente están conectadas con el cielo?

Esta última pregunta me llevo a creer y decir que mi madre estaba en esos momentos ya en el cielo. Yo no necesitaba al Vaticano para que la declarará a ella santa. La forma en que ella vivió fue por el camino que Jesús nos enseño. La forma en que nosotros vivimos nos lleva al Reino de Dios, el cual da comienzo aquí en la tierra y termina en el cielo. El Reino de Dios está donde el amor prevalece. El nos dijo.

A Jesús le gusta decirnos quienes pertenecen al Reino de Dios, con esto nosotros prácticamente entramos a la comunión de los Santos(as). Dos historias confortan mi creencia de que mi mamá y todos nosotros estaremos en el cielo.

En el Evangelio del domingo pasado, Jesús nos narra la parábola del líder religioso y del recaudador de impuestos, ambos fueron al templo a orar.
El líder religioso le quería hacer saber a Dios que el no era como las otras personas, el le dijo a Dios, que era una persona buena que había vivido una vida limpia. El tuvo la arrogancia de decir que él no era como el pecador que estaba en la parte de atrás del templo.

El pecador, el recaudador de impuestos, de pie en la parte de atrás del templo oraba a Dios diciendo. “Señor ten compasión de mi soy un pecador.” El, no, el líder religioso, era santo en la presencia de Dios por las siguientes razones:

Porque él recibió misericordia del Dios misericordioso, necesitaba saber como ser misericordioso. El recibió el perdón de Dios, porque fue humilde y aprendió a perdonar.

El padre Locatelli, continuo con su homilía diciendo. El próximo domingo tendremos a Zaqueo, un recaudador de impuestos muy rico, un pecador ante los ojos de muchos. Zaqueo, recibió misericordia también de parte de Jesús por que fue generoso y compasivo, vio a Jesús como Dios, porque tenía un corazón limpio y por esto recibió la salvación. El también cuidó de la justicia y de ayudar a los pobres.

Muchas historias de Jesús, como cuando bendijo a los niños(as), cuando restauro la salud de Lázaro, o sana a la suegra de Simón, o los leprosos. Todas estas historias nos recuerdan como Jesús amaba a los que sufrían entre la vida y la muerte.

Jesús no enfoco a los líderes religiosos para que nos dijeran quienes eran los Santos(as). En lugar de eso, el escogió a personas ordinarias, no perfectas ante los ojos del mundo. Pero quienes son los que lloran la muerte de sus seres queridos y de los extranjeros, quienes los humildes en la relación de unos con otros, que saben como amar, no juzgar, que son misericordiosos. ¡Solo los de corazón limpio!

Vivir las bienaventuranzas es el camino en la tierra que nos comunica a la vida resucitada. El llegar a ser Santo(a) nos llevará a la vida que viene con la muerte.

Al reunirnos hoy, en oración, humildad y misericordia es un anticipo de nuestro llamado de entrar en comunión con los Santos(as) en el cielo. La comunidad nos lleva a la comunión de los Santos y de las Santas.

Esto es lo que yo creo, que mi mamá esta en el cielo y es una Santa entre los Santos(as). Y lo mismo les aseguro para todos sus seres queridos que han partido antes que ustedes con la muerte y ahora tienen el regalo de una nueva vida en el cielo. Hoy hacemos oración para que lo mismo sea para nosotros, solo que tenemos que vivir las bienaventuranzas que son la experiencia del anticipo del reino aquí en la tierra.

¡Que Dios nos bendiga en todos nuestros esfuerzos!