"Por Dentro y por Fuera"
“El árbol se conoce por sus
frutos”
“Ustedes los
reconocerán por sus frutos”.
(Mateo 7:16)
(Mateo 7:16)
He visto a través de
mi experiencia que muchas veces las personas son muy parecidas interiormente y exteriormente.
Es decir, que sus hechos muestran lo que su corazón siente. Si alguien está malhumorado
y juzga a la primera de cambio, es muy probable que esta persona se vea a si
misma del mismo modo.
Yo trato de mantener este
punto de vista cuando trato con personas difíciles, las que son
super-criticonas y las negativas. Estas actitudes no son ciertamente para dar
buenos frutos. Más aun, probablemente son muy duras con ellas mismas.
Posiblemente tendrán un
proceso largo para encontrar la compasión y el perdón para ellas mismas. Los
frutos del mal humor emergen de la falta de felicidad y paz en su alma.
El
Evangelio de hoy nos invita a reconocer nuestras irritaciones con compasión y
ver que la oportunidad de dar frutos buenos está a la puerta del corazón.
Oremos, pues, para
responder a la invitación de Jesús a mejorar en la cosecha de frutos
abundantes, para así, alcanzar la paz de Dios en nuestras vidas atormentadas a
causa de permitir frutos malos en el vivir cotidiano.
¿Cuáles son los frutos buenos de mi árbol?
¿Qué frutos malos debo arrancar de mi corazón?
©Lupita Vital C.
vital@dsj.org
<< Home