miércoles, junio 28, 2017

"Por Dentro y por Fuera"



“El árbol se conoce por sus frutos”
“Ustedes los reconocerán por sus frutos”. 
 (Mateo 7:16)

He visto a través de mi experiencia que muchas veces las personas son muy parecidas interiormente y exteriormente. Es decir, que sus hechos muestran lo que su corazón siente. Si alguien está malhumorado y juzga a la primera de cambio, es muy probable que esta persona se vea a si misma del mismo modo.

Yo trato de mantener este punto de vista cuando trato con personas difíciles, las que son super-criticonas y las negativas. Estas actitudes no son ciertamente para dar buenos frutos. Más aun, probablemente son muy duras con ellas mismas.

Posiblemente tendrán un proceso largo para encontrar la compasión y el perdón para ellas mismas. Los frutos del mal humor emergen de la falta de felicidad y paz en su alma.

El Evangelio de hoy nos invita a reconocer nuestras irritaciones con compasión y ver que la oportunidad de dar frutos buenos está a la puerta del corazón. 

Oremos, pues, para responder a la invitación de Jesús a mejorar en la cosecha de frutos abundantes, para así, alcanzar la paz de Dios en nuestras vidas atormentadas a causa de permitir frutos malos en el vivir cotidiano.

¿Cuáles son los frutos buenos de mi árbol?
¿Qué frutos malos debo arrancar de mi corazón?   

 ©Lupita Vital C.
vital@dsj.org