viernes, octubre 28, 2005

Día Sagrado, Día de los Difuntos

Por Lupita Vital C.

travel-pictures-gallery.comRecuerdo con gran alegría las fiestas religiosas de mi pueblo, en Jalostotitlán, Jalisco México. Una de las fiestas más populares es la de el Día de Todos los Santos y Día de los Difuntos. Aunque se que en todos los Estados de la República Mexicana, esta celebración es llevada a cabo de diferentes formas. Describiré la experiencia de la comunidad de mi pueblo. Las personas comienzan a preparar estos días desde el mes de octubre. La memoria de las personas difuntas es muy importante, su vida es contada con gran alegría y nostalgia a los familiares, vecinos y amigos. Es como si el difunto nunca se hubiera ido, vive siempre presente en espíritu y tal parece que se pasea entre nosotros. De tal forma son recordados que aunque nos los hayas conocido su presencia se penetra hasta lo más intimo del corazón. (Por ejemplo yo no conocí a mis abuelitos(as), pero mi papá y mamá me contaron sus historias y por esta razón los conozco, los quiero y forman parte de mi vida cotidiana).

Es importante ver como las familias se preparan para esta celebración en dos dimensiones; la primera es la limpieza de la casa, es tiempo de sacar fuera todo lo que estorba para arreglar el altar de los difuntos. Imagínate, este lugar es sagrado y muy especial es colocado en la parte principal de la casa. Por lo tanto el momento es sagrado ya que lo cotidiano y lo divino se unen, Dios esta presente, la celebración es una mezcla de lágrimas y alegría. Las personas celebran como peregrinas y esperan que los difuntos sean los abogados ante Dios por los que aún quedan vivos. La esperanza y la fe se unen y se hacen fuertes. La limpieza de la casa juega un papel muy importante.

Photo by Petirrojo, Flickr.comLa segunda dimensión es lo espiritual, las personas se acercan a la iglesia para celebrar el Sacramento de la Reconciliación. Se tiene la firme creencia de que si se esta reconciliado(a), los difuntos estarán mucho más cerca de la familia y Dios los bendecirá abundantemente y más aún con una muerte dichosa. La tarea de la persona difunta es la de guiar a los vivos para cuando les toque el turno de morir.

El primero de noviembre, es iniciado con la Fiesta de Todos los Santos. Por la noche da comienzo la velada del Santísimo Sacramento, se ilumina toda la iglesia, personas adultas, jóvenes y niños(as) acuden para adorar al Señor. La mente y el corazón se unen para orar y confiar que los que se han adelantado viven con Dios y desde allá nos ayudan y vigilan.

En mis recuerdos tengo presente esta fiesta como un día grande ya que la Fiesta de Todos los Santos es seguida por la Celebración de los Difuntos. Es como un solo día donde la noche desaparece y le da paso a la luz, todos son santos(as). (Isaías 60,1-2).

¿Pero qué me dice esta celebración ahora que vivo en un País extranjero? ¿Cómo puedo continuar con las tradiciones del Día de Todos los Santos y Difuntos?

Photo by Petirrojo, Flickr.com
Para nuestros antepasados el culto a la muerte era algo evidente, sus creencias de que las almas trascienden la vida terrenal y llegan al lugar sagrado al Mictlán, (lugar de residencia de las almas que han dejado la vida terrenal)[1], era punto clave en sus vidas. “Cruzaré sola el umbral de la muerte, ellos estarán del otro lado con las manos extendidas, apoyándome con su amor en el momento de la transición.”[2]

La comunión de los(las) santos(as), compromete a todas las personas a orar junto con la iglesia que motiva a buscar la sabiduría y la luz de Dios. (Primera Carta de Juan 1, 7). Por lo tanto estamos invitados a participar de lo divino de lo santo más allá de las culturas y tradiciones.[3] “Porque el que me encuentra ha encontrado la vida”.[4]

La muerte es un misterio, misterio que lleva a la vida y nuestro deber como líderes Hispanos(as) es ayudar a ser eco de las creencias y tradiciones de nuestros antepasados de unir lo Humano con lo Divino. ¡Si aún en tierra extranjera! Es por esta razón que el altar de muertos que cada año se lleva a cabo en muchas parroquias, hogares y plazas, debe de llenarnos de orgullo.

Como resumen los/las invito y motivo a seguir trabajando en lo siguiente:
  • Procurar que las comunidades celebren esta Fiesta Popular Religiosa tratando de ver lo trascendente y no solo el folklore de la celebración.

  • Conocer el perfil de las comunidades en las que llevamos a cabo el ministerio y darnos cuenta que cada región tiene sus propias costumbres tradiciones y formas de celebrar. Por lo tanto se debe de aprovechar estos momentos para lograr, una catequesis transformadora.

  • Que Jesús triunfo venciendo a la muerte, y que nosotros somos parte de ese triunfo que es un misterio que descubriremos cuando lo veamos cara a cara.

Deseo de todo corazón que esta fiesta de Todos los Santos y Difuntos, sea de un continuo gozo, de palpar lo sagrado lo interior lo que no se ve y poder saborear por momentos nuestro encuentro con lo Divino. Se que para muchas personas solo basta que cierren sus ojos y se imaginen el olor de las flores tradicionales del día de los difuntos (crisantemas, zempoaxochitl y olor a cera derretida de las velas encendidas en las parroquias y cementerios). Ojalá que esta breve reflexión te ayude a pensar en lo sagrado de la muerte.


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[1] Vea, “A Través de los Ojos del Alma, Día de los Muertos en México. Michoacán, “por Mary J. Andrade (Publicado por la Oferta Review Newspaper, Inc. San José California, 1999) 12-13. volver

[2] Ibid 48. volver

[3] Vea, “God And Prophets” por Elizabeth A. Johnson, (The Continuum Publishing Company, 370 Lexington Avenue, New York, 1999) 219-243. En este capítulo encontré una gran similitud de la forma en que se celebra la Fiesta de Todos los Santos y Difuntos en mi pueblo en México. volver

[4] Vea, el libro de los Proverbios capítulo 8, versículo 35. “La Biblia Latinoamericana,” Editorial verbo Divino, Madrid España, 1989). volver

¿Cómo hacer un Ministerio Saludable?

Por Lupita Vital

Image hosted by Photobucket.comAl comenzar el año catequético siempre estamos llenos de energía, alegría y de muchos proyectos y metas a realizar. Pero la realidad es otra, pues nos damos cuenta que hay tanta cosa por hacer y el día solamente tiene 24 horas de las cuales 8 son para el trabajo y las demás se supone son para recuperar la energía para el siguiente día.

El ministerio de la catequesis requiere de muchos detalles, pero uno es el principal. La Exhortación Apostólica Catechesi Tradendae, del Papa Juan Pablo II en el #5 nos dice que:
El fin definitivo de la catequesis es poner a uno no sólo en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo.
Espero que la meta de todos(as), las personas que hacemos el ministerio de la catequesis, sea la de llevar a las personas no solo hablar de Jesús sino a llevarlos a una intimidad con El.

Pero quizá te sigas preguntando, ¿qué es hacer el ministerio saludable y mejor? ¿Cómo ser una persona equilibrada y profesional? ¿Cómo llegar a un balance con las horas de trabajo en la parroquia y el hogar?

La Conferencia Nacional para los/las Dirigentes Catequéticos. (Normas Nacionales para Certificación de Ministros Eclesiales Laicos,). Fueron elaboradas por NALCM, NCCL y NFCYM y aprobadas por la Comisión y Acreditación de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. 2003. (NCCL me dio la autorización para publicar el siguiente párrafo de la introducción, página xxvii).

En su código de ética profesional nos dice que los líderes deben de tener claro lo siguiente:

  • Profundiza continuamente su relación con Dios, sintiendo pasión por el Evangelio y participando en la oración y los sacramentos.
  • Valoriza y promueve la dignidad de toda persona.
  • Practica la corresponsabilidad, respetando toda la Creación.
  • Sirve como modelo profesional y siempre busca aprender más en las áreas necesarias para el ministerio catequético.
  • Establece relaciones correctas con los demás, manteniendo los límites emocionales o sexuales con los miembros de la parroquia de cualquier sexo o edad.
  • Mantiene la confidencialidad cuando se le pide, o cuando la naturaleza del caso lo exige de por sí.
  • Emplea la justicia y la caridad en sus acciones y sus decisiones.
  • Trabaja de manera colaborativa con otros ministros de la parroquia y de la Iglesia.
  • No acepta remuneración por cualquier trabajo que presente un conflicto de intereses con sus responsabilidades parroquiales.
  • Facilita la formación de los fieles en la fe de acuerdo con la visión actualizada por los documentos eclesiales.
  • Sigue las normas diocesanas y los estatutos legales que se apliquen a la situación para proteger los derechos de los individuos contra cualquier abuso.
  • Aprecia los talentos de los demás, y les habilita para ejercerlos.
  • Se muestra inclusivo y respetuoso hacia la diversidad que existe dentro de la Iglesia.

Como ves todas estas normas nos ayudan a mejorar nuestro ministerio, y servir mejor a la comunidad. Te invito a ponerlas en práctica. Se que todo esto es un reto, pero no estamos solos(as), Jesús siempre camina con nosotros(as). Te deseo un año litúrgico lleno de sorpresas, de alegrías en el Señor Jesús.