lunes, marzo 03, 2008



LOS ANGELES CONGRESO DE EDUCACION RELIGIOSA
1 de Marzo de 2008

Catequizando desde la Liturgia Dominical

Por
© Lupita Vital
Vital@dsj.org


Reflexionemos en lo siguiente.
Como la experiencia de la Misa, la Eucaristía de todos los días, la de los domingos y la de siempre desde el principio hasta el fin nos lleve a:

• Una experiencia de paz y justicia del Reino de Dios
• Una experiencia de relaciones más justas entre nosotros
• Una experiencia de identidad profunda personal

Una experiencia, profunda de renovación, formada por la transformación de la paz de CRISTO, la paz de DIOS. No mi paz, no nuestra paz.

La Misa como una experiencia del Reino de Dios, el banquete celestial, vida eterna HOY, y todas las relaciones que van junto con esto como:

Toda la reconciliación, sanación, dadora de vida y regocijo
• Todas las relaciones correctas y bien intencionadas
• Donde las personas marginadas, sean bienvenidas y acogidas con honestidad
• Donde no haya distinción de razas ni culturas
• Donde los sin techo encuentren un hogar
• Donde los pecadores se vean libres de sus pecados
• Donde los enemigos se reconcilien
• Donde los regalos del Espíritu de cada persona sean necesitados y valorados y sean puestos al servicio de los demás
• Donde el miedo es disipado, donde todos estemos seguros, donde la singularidad de cada persona sea respetada.
• Donde los inmigrantes encuentren paz, amor y seguridad


La Misa es una experiencia, a la invitación de la paz de DIOS, invitación de Dios para una alternativa al status quo para lo que fue creada la persona humana. Cabe preguntarnos ahora:

¿Qué estamos experimentando en la actualidad en nuestras Misas?
¿Qué estamos practicando en la actualidad? ¿Qué estamos haciendo hoy día?
¡Vivamos el hoy demostremos que nos hemos transformado con una verdadera paz de CRISTO para el mundo de hoy!

Canto: ¡Qué alegría cuando me dijeron!

1. Nosotros nos reunimos
Porque pertenecemos a CRISTO
El agua es más densa que la sangre,
no judío no griego, no hispano no anglo, todos somos uno en CRISTO JESUS. Este es un baño bautismal común, radicalmente iguales, con un hogar común en una realidad multicultural. Rodeados por toda una comunidad, que pertenece a CRISTO unidos e incrustados en su CUERPO.
Desconsoladamente……………Muertos
Somos compañeros(as) en el Misterio Pascual de CRISTO.

No estamos dispersados, destrozados,
pertenecemos a CRISTO y uno al otro
no por mucho tiempo estaremos separados de CRISTO.

La Misa es una experiencia de acordarse, de memoria, de un encuentro cada vez nuevo donde nosotros somos y donde sabemos quienes somos nosotros.

En la Misa es donde encontramos el profundo origen de la paz, de la justicia y de la igualdad.

El propósito del canto de entrada, es que nos sintamos bienvenidos, apreciados, invitados(as) a participar, todas las personas pertenecemos a ese lugar; ese es nuestro hogar. ¿Eso hacemos sentir a las personas cuando llegan a Misa?

La SENAL DE LA CRUZ nos recuerda nuestra igualdad y que estamos rodeados por los caminos de Dios, por la visión de Dios y nos muestra el como debemos vivir.

Nosotros somos su cuerpo, por lo tanto no estamos poseídos sino amados.
No somos perfectos, sino perdonados.
Yo reconozco mis pecados, mi necesidad del perdón de Dios y de su integridad total en mi.

Aquí está la justicia de Dios. Es aquí donde encuentro mi paz junto con mis hermanos y hermanas de toda raza y colores. En mi necesidad de perdón.

Por lo tanto ahora recordamos que somos un solo Cuerpo.
Rodeados de nuestra separación, nuestra división de cada uno.
Y acuérdate que somos un solo CUERPO.

2. NOSOTROS ESCUCHAMOS Y DAMOS LA BIENVENIDA A CRISTO.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Yo estoy rodeado de mis sentimientos y de mis necesidades.
Yo estoy abierto(a) para ser formado y transformado por Dios para mantenerme dentro como miembro vivo en su CUERPO.

¿Es lo qué la comunidad necesita de escuchar?

Escucha esto. “Alégrate, Jerusalén, y todos los que la aman, reúnanse, Regocíjense con ella todos los que participaban de su duelo y quedarán saciados con la abundancia de sus consuelos.” (Isaías 66:10-11)

El Señor es mi pastor, nada me falta.

El prepara una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos, me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. (Salmo 22)

Hermanos y hermanas, nuestra radicalidad e igualdad una vez más juntas.
Es la voluntad de Dios nuestro Salvador que todos seamos salvados y de tener el conocimiento de la verdad.
Porque solo tenemos un Dios un solo mediador, que es CRISTO Jesús, que se dio a si mismo como rescate para…

Aquí está la abundancia y la justicia de Dios:
Dios no está esperando a que seamos perfectos, nosotros seremos perfectos hasta que “estemos con Dios.” Es entonces que seremos perfectos.

Mientras tanto, seguiremos siendo pecadores(as). Gracias a Dios que CRISTO murió por nosotros, y de este modo alcanzamos el perdón.

La justicia de Dios es siempre primero, está desparramada por lo largo y lo ancho del mundo, es generosa y va más allá de toda medida.
Si esto no nos sirve de modelo para nuestras propias vidas. Para que estamos viviendo.
Es por esto que cada uno de nosotros debemos de tomar la iniciativa de amar primero, de perdonar primero, de ir en busca de las personas antes que vengan a buscarnos, de quitar la envidia y el rencor de nuestras vidas primero que todo.

Aquí es el momento de la paz y la reconciliación, mientras nosotros seguimos pecando, CRISTO murió por cada uno de nosotros.

Mientras que en el Evangelio se nos dice claramente que: “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No puedes servir a ambos a Dios y al dinero. (Mateo 6:24) ¡Imposible!

Lo más importante en la Misa es que los sacerdotes con sus palabras hagan el vínculo entre la realidad de sus vidas y las realidades del Evangelio.

Ellos pueden ayudar a las personas a ver como Dios en CRISTO JESUS se identifica el mismo con las realidades humanas del dolor y de la alegría.

Nos reunimos en la Eucaristía, esperando una palabra que nos lleve a encender la chispa de nuestra fe y que nos ayude a reconocer una vez más la presencia del Dios amoroso en nuestras vidas.

Vamos con la expectativa de escuchar la PALABRA del Señor para que nos ayude una vez más a ver el significado de cómo está PALABRA penetra en nuestras vidas, y así estar dispuestos a decir con fe y convicción.
Levantemos el corazón. ¡Lo tenemos levantado hacia el Señor!
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. ¡Es justo y necesario!

Credo.
Plegaria Universal (Oración de los fieles).
Por las necesidades del mundo.
Como nosotros amamos a nuestros enemigos. (Aquí es donde se hace justicia.
Oramos también por todas las personas en necesidad.
Despido de los Catecúmenos;
Los bautizados (pueblo sacerdotal) se queda dentro de la Iglesia para continuar alabando al Señor.

NOSOTROS REUNIMOS LOS REGALOS DE LA CREACION Y PREPARAMOS EL ALTAR.

Regalo de Pan de trigo triturado (machacado)
Regalo de Uvas trituradas (machacadas)
¿Es esto lo qué preparamos cada vez que asistimos a Misa?
Todo tiene que estar transformado
Reunimos los sufrimientos y el hambre de cada corazón humano.

3. EN UNA PROFUNDA ALABANZA Y ACCION DE GRACIAS HACIA EL PADRE, RECORDANDO EL MISTERIO PASCUAL DE CRISTO, ES QUE NOSOTROS ENCONTRAMOS NUESTRA REALIDAD AHORA.

Nosotros damos gracias a Dios y alabanzas,
Experimentamos al estar juntos el banquete celestial preparado para cada uno.

“Te damos gracias, Dios nuestro y Padre todopoderoso,
por medio de Jesucristo, nuestro Señor,
y te alabamos por la obra admirable
de la redención. Pues, en una humanidad dividida
por las enemistades y las discordias,
tú diriges las voluntades
para que se dispongan a la reconciliación.
(Plegaria Eucarística sobre la Reconciliación II).

Vive la Eucaristía
Construye el reino de Dios, de justicia y paz.

“Señor, que este sacrificio, por el cual tenemos nuestra paz contigo, sea de avance por la paz y la salvación para todo el mundo.”

Abre, Señor nuestros ojos a las necesidades de todos, inspira en nosotros palabras y hechos para confortar a aquellos que están atribulados y se sienten abrumados. Mantén nuestro servicio para otros fieles y que seamos ejemplo para llevarlos a CRISTO.

Deja que tu Iglesia sea un testigo viviente de verdad y libertad, para la justicia y paz, que todas las personas levanten su esperanza para que el mundo sea nuevo.

¡Alza tu Mirada… Vuelve a Mirar! ¿Te dice algo el tema del congreso? ¿Crees tu qué está relacionado con la Eucaristía?

Padre Nuestro
Que tu reino venga
Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos…

La paz les dejo, mi paz les doy,
no como el mundo se las da,
la paz del Señor este siempre con ustedes.
Ofrezcámonos unos a otros el signo de la paz.

La paz de CRISTO es lo que pido para todos ustedes.
Ustedes me bendicen con la paz de CRISTO y por eso somos uno.
Nuestra vedad misma esta en la presencia de Dios.

4. Comemos y bebemos el propio cuerpo y sangre de CRISTO junto uno de otro.
Comemos y bebemos la cruz y la resurrección,
nuestra intima unión con CRISTO y junto uno del otro.

Un momento de silencio para pensar en lo profundo de esta realidad

SOMOS ENVIADOS PARA LA VIDA DEL MUNDO

Bendito, bendito, bendito sea Dios,
los ángeles cantan y alaban a Dios,
los ángeles cantan y alaban a Dios.

Adoro en la hostia el cuerpo de Jesús,
Su sangre preciosa que dio por mí en la cruz,
Su sangre preciosa que dio por mí en la cruz.
(Tradicional)

5. Nosotros estamos bendecidos porque:
El Padre de las misericordias nos ha dado un ejemplo de su amor sin egoísmo con sufrimiento de su único Hijo.
Que a través de tu ministerio al servicio de Dios y de tu vecino recibas incontables bendiciones.

Tú crees esto porque CRISTO muriendo destruyo la muerte para siempre. Que El nos de vida eterna.
El tomo amablemente nuestras culpas,
que sigamos su ejemplo
y compartamos su resurrección.

La Misa ha terminado. Vete en paz
se esta paz, se esta realidad de la justicia de Dios,
trae esta paz y justicia
Se su cuerpo.

Individualmente y como comunidad nos vamos a vivir la paz que hemos recibido.
Vete se el cuerpo CRISTO, se la sangre de CRISTO. Lava los pies.

Bendito, bendito, bendito sea Dios,
los ángeles cantan y alaban a Dios,
los ángeles cantan y alaban a Dios.

Adoro en la hostia el cuerpo de Jesús,
Su sangre preciosa que dio por mí en la cruz,
Su sangre preciosa que dio por mí en la cruz.
(Tradicional)

A todas las personas que asistieron al Congreso de Educación Religiosa les deseo lo mejor y muchas gracias por su presencia. Ustedes me llenaron de alegría y nutrieron mi fe con su entusiasmo.

© Lupita Vital Cruz
Vital@dsj.org
(408) 983-0133