¿Qué Significa la Semana Santa en un Mundo Sufriente?
Por
© Lupita Vital
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“Pues que Yahveh habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado.” (Isaías 50:7)
Durante la Semana Santa la liturgia se enfoca en el sufrimiento de Jesús. No solamente el sufrimiento físico, que lo llevó hasta la muerte en la cruz, sino también el sentirse abandonado por aquellos que decían que lo amaban y siempre estaban cerca de El. Por lo tanto debemos de estar alertas de no abandonar a Jesús en su sufrimiento, en aquellas personas que sufren en el mundo de hoy. (Los inmigrantes, los niños(as), los ancianos(as), los secuestrados, y los enfermos por mencionar algunos).
Como pueblo de Dios, debemos de ser concientes que constituimos un mundo sufriente. El origen de nuestra resistencia en medio del sufrimiento es nuestra fe y esperanza en que Dios nos ayudará en cada uno de nuestros sufrimientos. Nuestro compromiso al ser seguidores de Jesús es el de mostrar compasión por todo el ser humano que sufre. Transformar nuestro corazón de roca por uno de carne que se compadece.
Durante la Semana Santa las lecturas del profeta Isaías en los capítulos del 40 al 55, nos ayudan a reflexionar en la experiencia de sufrimiento en el exilio del pueblo de Israel. Esto ocurrió en el siglo sexto Antes de Cristo. Las lecturas se enfocan en la figura del Siervo del Señor. El Siervo del Señor es una figura sencilla con una tarea enorme por cumplir.
Durante la Semana Santa la liturgia se enfoca en el sufrimiento de Jesús. No solamente el sufrimiento físico, que lo llevó hasta la muerte en la cruz, sino también el sentirse abandonado por aquellos que decían que lo amaban y siempre estaban cerca de El. Por lo tanto debemos de estar alertas de no abandonar a Jesús en su sufrimiento, en aquellas personas que sufren en el mundo de hoy. (Los inmigrantes, los niños(as), los ancianos(as), los secuestrados, y los enfermos por mencionar algunos).
Como pueblo de Dios, debemos de ser concientes que constituimos un mundo sufriente. El origen de nuestra resistencia en medio del sufrimiento es nuestra fe y esperanza en que Dios nos ayudará en cada uno de nuestros sufrimientos. Nuestro compromiso al ser seguidores de Jesús es el de mostrar compasión por todo el ser humano que sufre. Transformar nuestro corazón de roca por uno de carne que se compadece.
Durante la Semana Santa las lecturas del profeta Isaías en los capítulos del 40 al 55, nos ayudan a reflexionar en la experiencia de sufrimiento en el exilio del pueblo de Israel. Esto ocurrió en el siglo sexto Antes de Cristo. Las lecturas se enfocan en la figura del Siervo del Señor. El Siervo del Señor es una figura sencilla con una tarea enorme por cumplir.
Establecer la justicia en la tierra, restaurar al pueblo de Dios y ser luz para todas las naciones. Mientras que su identidad para muchos era un misterio, su misión era clara, y estaba junto con la misión del pueblo de Dios. Toda persona debe ser parte de esta misión.
¿Crees tu que somos parte de esta misión en el mundo actual?
Cuando el Siervo comienza hablar en el capítulo 50 de Isaías lo hace de la siguiente manera. Nos dice que somos destinatarios de la revelación de Dios. “El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos: el Señor me ha abierto el oído.” Y continúa diciendo: “Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba.” El Siervo representa los sufrimientos de la comunidad exiliada de Israel en Babilonia alrededor del año 538 Antes de Cristo.
La Semana Santa es pues, un tiempo para reconocer a Jesús como el Siervo sufriente que muere en la cruz y se identifica con toda persona que sufre de cualquier edad. Dios directamente desde la cruz por medio de Jesús expreso su solidaridad con todo ser humano que sufre. Por lo tanto si tenemos esperanza y confianza en Dios seremos compensados y resucitados en esta Pascua con Jesús que triunfa sobre el sufrimiento y la muerte.
En resumen, deseo que esta Semana Santa sea un tiempo de acompañar a Jesús que va hacia la cruz. Reflexionemos en las siguientes preguntas:
Cuando el Siervo comienza hablar en el capítulo 50 de Isaías lo hace de la siguiente manera. Nos dice que somos destinatarios de la revelación de Dios. “El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos: el Señor me ha abierto el oído.” Y continúa diciendo: “Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba.” El Siervo representa los sufrimientos de la comunidad exiliada de Israel en Babilonia alrededor del año 538 Antes de Cristo.
La Semana Santa es pues, un tiempo para reconocer a Jesús como el Siervo sufriente que muere en la cruz y se identifica con toda persona que sufre de cualquier edad. Dios directamente desde la cruz por medio de Jesús expreso su solidaridad con todo ser humano que sufre. Por lo tanto si tenemos esperanza y confianza en Dios seremos compensados y resucitados en esta Pascua con Jesús que triunfa sobre el sufrimiento y la muerte.
En resumen, deseo que esta Semana Santa sea un tiempo de acompañar a Jesús que va hacia la cruz. Reflexionemos en las siguientes preguntas:
¿De qué forma nuestros sufrimientos nos hacen más compasivos con los demás?
¿Cómo demuestras esta compasión?
¿Quién te ha ayudado en tus sufrimientos?
El salmo 22 nos da un sentido de la intensidad del sufrimiento de Jesús y de cómo El confió en la justicio Dios.
“Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Unámonos todos en este tiempo tan especial y pidamos por la paz en el mundo que sufre toda clase de vejaciones, tanto en lo que se refiere al ser humano como a la creación entera que nos clama de mil formas por compasión.
Vital@dsj.org
(408)983-0133
“Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Unámonos todos en este tiempo tan especial y pidamos por la paz en el mundo que sufre toda clase de vejaciones, tanto en lo que se refiere al ser humano como a la creación entera que nos clama de mil formas por compasión.
Vital@dsj.org
(408)983-0133
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