viernes, marzo 14, 2008



Encontrando la Sabiduría de la Cruz
Domingo de Ramos
Por
Lupita Vital Cruz

“Y se humilló a sí mismo, tomando obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.” (Filipenses 2:8).
Los discípulos no entendieron la gran magnitud de la cruz mientras Jesús vivió, estos la descubrieron hasta la resurrección. Y fue entonces que la cruz se convirtió en el eje central de su predicación.

El miedo se disipo y el ardor de dar a conocer a Jesús hizo que sus mentes se aclararan y sus corazones rompieran de gozo y de recuerdo.
“Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicará en su nombre la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.” (Lucas 24:46-48).

Desde entonces los cristianos del mundo entero estamos invitados como los discípulos de Jesús a ser testigos de esta esperanza de vida nueva. Pero, ¿está el mundo preparado para entender que por medio de la cruz es que se llega a la vida? ¿Somos de los que abrazamos nuestra cruz con todas sus consecuencias?

Fijémonos lo que celebramos el Domingo de Ramos y démonos cuenta que hay gritos de ovación para la misma persona, y esta es Jesús. Gritos que vienen de las misma muchedumbre unas le ovacionan con ¡Bendito el que viene! ¡Hosanna! Y otros desgarran sus gargantas y enfurecidos gritan ¡Crucifícalo! Las palmas y los ramos muestran la victoria, son signos claros de la muerte en la cruz.

En esta fiesta, se unen la alegría y el gozo la pena y el dolor. Es la mezcla de nuestra humanidad con la ternura de Dios que se enfrenta a su Pasión, por lo tanto se enfrenta con la cruz. Sin embargo debemos de preguntarnos lo siguiente. ¿Qué significado tiene para el mundo moderno la cruz? Y lo que es más ¿Qué significa el Crucificado?

La historia de la humanidad nos enseña la gran controversia que ha existido por la cruz. Para los romanos de la época de Jesús la religión de la cruz, era indigna, perversa y Cicerón expresaba que: “Todo lo que tenga que ver con la cruz debe mantenerse lejos de los ciudadanos romanos, no sólo de sus cuerpos, sino hasta de sus pensamientos, ojos y oídos.”

En nuestros tiempos todo lo que huele a sacrificio nos asusta, y hasta nos pone de mal humor no estamos acostumbrados a crucificarnos por los demás en sus necesidades y miserias. La cruz nos invita a cambiar a dar sentido a nuestra vida a ser humanos con corazón de carne y no de piedra.
La cruz es signo de contradicción, asumirla supone vivir contra la corriente del mundo, supone apostar todo lo que tenemos para solidarizarnos con los que sufren como aquel Crucificado que lo dio todo por amor a cada uno de nosotros. Por eso, no olvidemos que la Semana Santa es para que nos acerquemos a la cruz y al Crucificado. La cruz verdadera le habla al cristiano más de amor que de dolor.
Recordemos lo que San Agustín dijo: “Los hombres signados con la cruz pertenecen ya a la gran casa.”

En concreto la sabiduría de la cruz es la gracia de Dios que se une cada día al sufrimiento humano y al fundirse la gracia con el sufrimiento es que se encuentra el gozo del verdadero amor del Crucificado. Y queramos o no, si acepatamos a Cristo como centro de nuestra vida, estamos aceptando la cruz con todas sus implicaciones. Y la principal es la de amar sin medida.

Bibliografía:
Vida y Misterio de Jesús de Nazaret por José Luis Martín Descalzo publicado por Ediciones Suigueme