martes, septiembre 11, 2007

Alimentando a las Ovejas del Señor a Través de los Sacramentos



por
Lupita Vital



Enseñar es como un sacramento y el otoño nos ayuda a ver hacia adelante. Este es un tiempo de comenzar de nuevo y todos estamos llenos de energía después del merecido descanso del verano, tenemos nuevas esperanzas y ponemos nuestras expectativas en el Corazón de Jesús. ¡En su nombre echamos las redes para pescar! (Lucas 5:1-11).

Así es como preparamos todos los programas parroquiales, lanzando las redes para la pesca, especialmente las redes que llevarán a las personas a recibir los sacramentos. Pero ¿qué es un sacramento? La enseñaza más antigua nos dice que la palabra “sacramento” significa misterio y es está palabra la que usaban los apóstoles en sus enseñanzas. Sin embargo la palabra sacramento tiene diferente significado de la palabra misterio. Aunque ciertamente al recibir los sacramentos nos encontramos con el misterio que encierran los mismos.

El misterio es algo que nos atrae, algo que nos encanta o que nos transporta a algo desconocido. Los sacramentos siempre nos llevan a un encuentro con el Misterio de Cristo. Y así como durante toda nuestra vida nos encontramos con el misterio del amor, del arte, de la música o de la naturaleza, así el encuentro con Cristo por medio de los sacramentos es un proceso de toda nuestra vida.


Jesús nunca administro sacramentos como nosotros lo hacemos hoy en día en la iglesia, tampoco uso ningún ritual. Sabes ¿por qué? Porque Jesús mismo es el Sacramento. Jesús mismo es un misterio. Cuando sus discípulos estaban nerviosos y no sabían que hacer, El les contaba historias, El los llevaba dentro del misterio de El mismo por medio de sus parábolas y signos.


Y les enseñaba de la siguiente manera. La enseñanza es primero que toda la misión del misterio. El Papa Juan Pablo II dijo que la primera tarea de la catequesis es la de guiar a las personas a una intimidad con Cristo. Esto para nosotros los catequistas es fascinante y a la vez una carga pesada.
Jesús lo sabía es por esto que nos advierte que seguirlo no es fácil y nos dice. "Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana." (Mateo 11:28-30).


Durante el año a veces vamos a sentir que tenemos todo el éxito del mundo en nuestros ministerios y otras veces nos vamos a sentir fracasados, sin fuerzas y hasta abandonados.

Al comenzar este nuevo año de catequesis busquemos al Señor Jesús desde el principio y démonos cuenta que El ya está en el camino para darnos sus enseñanzas como a los discípulos de Emaús (Lucas 24:13-35).
¡Animo catequistas! sigamos nuestra vocación de discípulos(as) y no olvidemos el lema de este año para la catequesis. "Catequesis Encuentro Vivo con Cristo."