miércoles, julio 11, 2007


Rincón Catequético Litúrgico
por
Lupita Vital C.


¿Es la liturgia de la Iglesia en todas partes igual?

Estamos comenzando el verano ya una gran mayoría de personas andamos buscando un lugar para irnos de vacaciones. Queremos salir de nuestra rutina diaria para recargar nuestras baterías gastadas por el trabajo diario y la esperanza es que podamos regresar renovados en el cuerpo y en el espíritu. Hasta el Papa Benedicto XV nos ha aconsejado que al salir de vacaciones aprovechemos el contacto con Dios por medio de la naturaleza, la familia y los amigos.

Pero, ¿tengo que ir a Misa durante vacaciones? ¿Es obligación? es lo que frecuentemente escucho entre las personas que planean salir fuera y gozar la playa, o la montaña. Que yo sepa Dios no sale de vacaciones siempre esta con nosotros y debemos darnos cuenta que en todos los lugares que vayamos existe alguna parroquia y una comunidad que nos espera.

Lo que si no debemos de olvidar, es que durante el verano está en su apogeo el Tiempo Ordinario dentro del marco del calendario litúrgico. Recordemos que tenemos dos partes de Tiempo Ordinario, un tiempo entre Navidad y Cuaresma y otro entre la Pascua y el Adviento que abarca el verano y el otoño.
El Tiempo Ordinario no es una temporada como Adviento o Navidad, es solamente el camino para llegar a estas temporadas. La palabra “ordinario” quiere decir regular y plano. También significa “contar” como primero, segundo, tercero… contamos las semanas y se dice que es la primera semana del Tiempo Ordinario, o la segunda y así sucesivamente.

También contamos los domingos, por ejemplo después del Domingo del Bautismo del Señor se comienza a contar como el segundo domingo del “Tiempo Ordinario.” Porque, este comienza la segunda semana del Tiempo Ordinario.
Lo importante es que cada domingo durante el Tiempo Ordinario se lee poco a poco uno de los Evangelios, es decir un año leemos a San Mateo, el siguiente a San Marcos luego a San Lucas, para regresar de nuevo a san Mateo, las lecturas del Evangelio son cíclicas de tal forma que las escuchamos cada tres años.

En resumen, a donde quiera que vayamos de vacaciones encontraremos que en las parroquias que visitemos encontraremos la armonía de este tiempo litúrgico, claro con las costumbres propias de cada lugar y las fiestas de sus Santos y Santas patrones. No dudemos pues en buscar aventuras nuevas con Jesús en nuestras vacaciones. ¡No le demos vacaciones a Dios!