martes, noviembre 19, 2013

¡Acuérdate de Mi!

¡Acuérdate de Mí!

Por Lupita Vital Cruz

Rincón Litúrgico/Catequético 

Sabías que la solemnidad de la fiesta de Cristo Rey fue establecida por el Papa Pío XI en el año 1925. El centro de esta Fiesta es la identidad de Jesús, como Rey y Señor del universo en su totalidad. Por lo tanto Jesús es el Alfa y la Omega el principio y el fin. Jesús el Hijo de Hombre viene de las nubes y con esto hace resaltar su origen divino en el momento que aparentemente sus acusadores lo veían con debilidad (Mateo 26-64).

Pero quizá las generaciones nuevas se pregunten el ¿por qué de esta Fiesta? ¿De dónde viene el que Cristo sea nuestro Señor y Rey? La respuesta es muy simple, como todos sabemos la humanidad siempre ha tendido a dudar de las cosas divinas y se inclina al secularismo y al ateísmo. En los tiempos del Papa Pío XI esta tendencia era muy marcada. Por lo tanto su esperanza de esta Solemnidad fue para ayudar a las personas a crecer en su fe y a celebrar como nos lo dice el salmo. “Reina el Señor, vestido de grandeza, el Señor se revistió de poder, lo ciñó a su cintura, el mundo está ahora firme e inamovible. (Salmo 93, 1).

Recuerdo que, en mi tierra natal de Jalisco México la Fiesta de Cristo Rey, es todo un acontecimiento. Esto se debe gracias a los mártires mexicanos del siglo XX. La sangra derramada por estas personas comprometidas por confesar su fe y practicar la justicia no queda en vano. Ellos/ellas dieron su vida por defender la libertad religiosa, que había sido prohibida por el Presidente de la República Plutarco Elías Calles, (1926-1929). ¡Viva Cristo Rey, Viva La Virgen de Guadalupe! Son gritos que estremecieron la tierra Mexicana y que siguen motivando generación tras generación a vivir el Evangelio desde el corazón.

Me imagino que en muchos países del mundo tienen sus propios mártires. Por lo tanto todas estas personas que han dado su sangre por amor a Jesús, son semillas de vida cristiana. En estos lugares la Iglesia se complace y florece, y en el cielo los/las mártires gozan de ver y alabar al Rey del universo. CRISTO JESUS.

Rincón Litúrgico
Recuerda que, con la Solemnidad de Cristo Rey, se termina el tiempo Ordinario y dará comienzo el tiempo de Adviento. En esta temporada tan especial, la Iglesia nos invita a reflexionar sobre el tiempo y darnos cuenta que somos parte de la eternidad. Dios siempre nos lleva adelante. El calendario litúrgico es una forma de ver como Dios camina a nuestro lado. La liturgia constantemente nos llama a entrar a este caminar hacia lo infinito. Debemos de darnos cuenta que este tiempo de Adviento es único.

Hay detalles que un catequista y liturgista deben de saber. Pasaremos del ciclo “C” al “A” el ciclo “A” es el año de San Mateo. Cada uno de los cuatro evangelistas tiene en su escritura los símbolos de la tradición cristiana. (Vean a Ezequiel 1,5-21, 10-20 y el libro de la Revelación 4,6-8).
 Este año escucharemos el Evangelio de San Mateo, su enfoque central es el Reino de Dios entre nosotros en la vida y ministerio de Jesus. Mateo también es muy cuidadoso de mostrar a Jesús como el nuevo Moisés que llena las promesas del Antiguo Testamento cumpliendo la llegada del Mesías y de la nueva era. Ahora estamos en esa nueva etapa. Vivamos de acuerdo a las Buena Nueva revelada por Dios en Cristo. ¡El Emmanuel entre nosotros! (Mateo 1:23)
Cosas para recordar    
No olvides que, durante el adviento se omite el Gloria. Este será cantado en toda su belleza la noche de Navidad. El Adviento es el tiempo de la espera, de la anticipación. Es por esta razón que alegres cantamos en la Celebración Eucarística. Preparen el camino del Señor.

Otro detalle importante son los colores litúrgicos, estos nos ayudan a ver y a palpar la belleza de la liturgia y la catequesis. Hay muchas formas de hacer un ambiente litúrgico apropiado de acuerdo a cada cultura. La corona de adviento, las luces de colores, los pinos con sus ramas verdes, los cantos y mucho más que los catequistas y liturgistas prepararán para sus celebraciones. ¡Ánimo! Recuerden que.
Les deseo un Adviento lleno de la gracia del Señor Jesús. Celebrando la espera desde el interior del corazón podremos darle posada en nuestra casa al Niño Jesús que nos acompañará durante la Navidad y todo el año litúrgico.
Lupita Vital C.
Directora del Apostolado Hispano
Diócesis de San Jose Ca.
Vital@dsj.org