sábado, diciembre 06, 2008

¿Qué podemos aprender de las lecturas de los domingos de Adviento?
Por
©Lupita Vital Cruz
Vital@dsj.org

Ciclo B 2008



Primer Domingo de Adviento

Escuchar poner atención no estar dormido estar alerta, no ser frágiles estar de pie como buen centinela. Si, cuantas veces en nuestra vida nos hemos quedado dormidos y se han ido las oportunidades, para luego dejarnos sorprendidos pensando que lo deberíamos haber hecho mucho mejor y con más cuidado. Así es como damos comienzo al Adviento, Cristo llegó a nosotros en su primera venida por medio de la Encarnación. Y nosotros lo estamos esperando ahora en su segunda venida. Este es el gran misterio de la Navidad, que nos hace pensar en la Historia de Salvación que Dios ha hecho desde la creación del mundo hasta nuestros días. La Navidad es pues, un recordatorio de carácter urgente para que estemos preparados para recibir el espíritu del recién nacido y nos llene de esperanza para esperar su venida gloriosa.

Por lo tanto fijémonos en las palabras que debemos de recordar durante este Adviento. Estar alerta, tener cuidado, no estar dormidos porque el Señor ya llega.

Preguntas para reflexionar:
¿Qué imagen de Dios en las lecturas de hoy son un recurso para nuestro cambio de vida? ¿Qué te dicen las siguientes palabras? Alfarero, barro, pastor, viñador, padre, y la venida del Señor. ¿Qué es lo que el Señor debe de podar en nosotros en este Adviento? ¿Qué regalos nos ha dado Dios en este tiempo de Adviento para que estemos vigilando y esperando?
Primera Lectura Isaías 63:16-17. 19: 64:2-7
Segunda Lectura 1 de Corintios 1:3-9
Evangelio Marcos 13:33-37


Segundo Domingo de Adviento
Cada
día nosotros tenemos que hacer diferentes tareas desde que nos levantamos hasta que termina el día. Y algunos de estos deberes los hacemos sin pensar, tales como lavar nuestros dientes, vestirnos, ir al trabajo o a la escuela. Otras tareas para hacerse requieren de motivación para que las llevemos a cabo. Estudiar para un examen, ir de compras etc. Algunas otras las hacemos cuando llega la necesidad porque si no las realizamos estaremos en problemas, así es que pagamos nuestros recibos de luz, teléfono, medicamentos y más. Sin embargo en todas las tareas que hacemos hay un principio y este es el más pesado de llevar a cabo. Toda tarea necesita de motivación y es así como el Evangelio comienza en este segundo domingo de Adviento. Este es el principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. ¿Qué es realmente el principio del Evangelio? Marcos da comienzo su Evangelio anunciando que viene un mensajero y este mensajero es Juan Bautista, que nos da un mensaje importante de arrepentimiento, pero aún más importante es el anuncio de la llegada de uno que bautizará en el Espíritu Santo. Si el significado del mensaje no es el mero anuncio sino el encuentro con Jesús para las personas de su tiempo. Y este es el principio del encuentro para cada uno de nosotros también.

Por lo tanto fijémonos en las palabras que debemos de recordar durante este Adviento. El principio del Evangelio, preparar el camino del Señor, enderezar los senderos.
Preguntas para reflexionar:
¿Qué es lo que Dios nos dice al corazón en nuestros espacios de silencio en este Adviento?
¿Cuáles son los signos de un amanecer nuevo, de un principio nuevo que percibimos en la actualidad? ¿Qué obstáculos necesitamos de quitar para hacer nuestro sendero recto para preparar el camino del Señor?
Primera Lectura Isaías 40:1-5.9-11
Segunda Lectura de Pedro 3:8-14
Evangelio Marcos 1:1-8


Tercer Domingo de Adviento
Ya estamos
casi en la Navidad pero aún no. Todavía nos falta hacer algo importante en nuestra jornada de fe en el Adviento. Y es la siguiente “reconciliarnos” para poder ser testigos de la luz que pronto llegará. Sólo al reconciliarnos podremos reconocer la presencia de Jesús entre nosotros. Juan Bautista nos da una pauta de lo fácil que es confundirnos. Las personas de su tiempo creían que el era el Mesías el libertador. Pero el les dijo con su testimonio que no era el. “Yo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como anuncio el profeta Isaías.” Dar testimonio de la luz implica dos cosas de acuerdo al Evangelio. La primera es hacer obras buenas tales como: ayudar al necesitado, dar amor, buscar la justicia etc. Haciendo estas obras buenas es que traemos la presencia de Cristo a los demás. La segunda es dar testimonio de que la luz está en nosotros. Esto significa que nuestra relación personal con Cristo debe crecer y también con los demás. Si de verdad deseamos que el Mesías venga a nosotros debemos de reconocerlo en las circunstancias de nuestra vida. El trabajo del Adviento es la de intensificar nuestras buenas obras, de esa forma reconoceremos a Cristo entre nosotros. Este es el trabajo de todos los que nos decimos cristianos.

Por lo tanto fijémonos en las palabras que debemos de recordar durante este Adviento. Testimonio, luz, testigo de la luz, vivir siempre alegres.
Preguntas para reflexionar:
¿Qué es lo que te causa mayor gozo? ¿Cómo compartes es gozo con los demás? ¿Cómo respondes a la pregunta, de quién eres tú? ¿Das testimonio de la luz de Cristo que hay en ti por tu bautismo?
Primera Lectura Isaías 61:1-2,10-11
Primera de Tesalonicenses 5:16-24
Evangelio Juan 1:6-8,19-28


Cuarto Domingo de Adviento
Las Hermanas Religiosas de la Presentación de María tienen como lema la siguiente frase ”No palabras sino hechos.” O las acciones hablan más que las palabras. La Palabra de Dios en este Evangelio es activa y efectiva ya que nos trae la salvación. Todo el plan de Dios para salvarnos esta en el misterio de la anunciación. En el Evangelio Dios habla y María concibe en su vientre al Salvador del mundo. Desde el principio de la Historia de la Salvación Dios ha estado activo y la Palabra de Dios se hizo presente entre nosotros. Pero Dios es tan respetuoso con el ser humano que sin su respuesta su plan no se hubiera llevado a cabo. Es por eso que la respuesta de David y de María son tan importantes, ellos cooperaron al plan de Dios, y Dios se hizo presente en sus vidas. Dios se hizo anunciar por medio del profeta Natán y del ángel Gabriel y es lo que recordamos este domingo cuarto de Adviento. Preparémonos bien esta Navidad. Dios nos anuncia la salvación por medio de su Hijo que nace pobre en un pesebre.
Por lo tanto fijémonos en las palabras que debemos de recordar durante este Adviento. Trono de David su Padre, vas a concebir y a dar a luz a un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Hijo de Dios.

Preguntas para reflexionar:
¿Qué es lo que te pide Dios que anuncies en este Adviento? ¿Cuándo has sentido la presencia de Dios en tú jornada de vida? ¿De qué forma te estas preparando para recibir la Navidad que ya llega?

2 de Samuel 7:1-5,8-12,14-16
Romanos 16:25-27
Evangelio Lucas 1:12-38
Lupita Vital Cruz