Limosna, Caridad y Abstinencia
Casi siempre nos preguntamos al escuchar la palabra “Cuaresma” ¿Qué sacrificio haré este año. Por lo regular caemos en lo mismo, pensamos que basta con cumplir con el ayuno y la penitencia y se acabo. La Cuaresma es un tiempo fuerte de reflexión e invitación a la conversión del corazón.
Es muy diferente a la Navidad y se distingue de la siguiente manera. Navidad es Dios que nos mira desde el cielo con la Encarnación de su Hijo. Cuaresma es Dios Hijo desde la tierra que ve hacia el cielo y le pide al Padre por nosotros.
Es muy diferente a la Navidad y se distingue de la siguiente manera. Navidad es Dios que nos mira desde el cielo con la Encarnación de su Hijo. Cuaresma es Dios Hijo desde la tierra que ve hacia el cielo y le pide al Padre por nosotros.
Entonces ¿cuál es la diferencia? Es un periodo más largo de reflexión y penitencia que da comienzo con el Miércoles de Ceniza, esta nos recuerda que somos polvo y que ahí retornaremos. Con este gesto simbólico de tomar ceniza abrimos el corazón para darle paso a Dios en nuestra vida. (Génesis 3:19). El espíritu de los Evangelios durante la Cuaresma, son apropiados para guiar a las personas a girar su corazón hacia Dios. Todos sabemos que la liturgia se basa en los tiempos A, B, y C. Estamos en el ciclo B y escucharemos el Evangelio de San Marcos. Y también escucharemos el Evangelio de San Juan especialmente importante para aquellas personas que se preparan al bautismo (los catecúmenos). Y se lee durante los tres ciclos litúrgicos.
Rincón Litúrgico Catequético:
Rincón Litúrgico Catequético:
Primer Domingo de Cuaresma:
La Tentación de Jesús en el Desierto. (Marcos 1:12-15).
En el Evangelio de San Marcos la tentación de Jesús se destaca por su mesura. Por la experiencia del ayuno y de la tentación, en el desierto entre naturaleza salvaje. Su compañía era solamente el Espíritu de Dios que lo lleno de fortaleza para resistir a la tentación del mal. A su regreso del desierto Jesús, estaba listo para proclamar las Buenas Nuevas de salvación. ¿Estamos listos nosotros para proclamar estas buenas nuevas? ¿Crees tú que el Espíritu Santo te ayuda a vencer las tentaciones que se presentan a lo largo de tu vida? ¡Inténtalo y vencerás!
En el Evangelio de San Marcos la tentación de Jesús se destaca por su mesura. Por la experiencia del ayuno y de la tentación, en el desierto entre naturaleza salvaje. Su compañía era solamente el Espíritu de Dios que lo lleno de fortaleza para resistir a la tentación del mal. A su regreso del desierto Jesús, estaba listo para proclamar las Buenas Nuevas de salvación. ¿Estamos listos nosotros para proclamar estas buenas nuevas? ¿Crees tú que el Espíritu Santo te ayuda a vencer las tentaciones que se presentan a lo largo de tu vida? ¡Inténtalo y vencerás!
Año A Mateo 4:1-
Año B Marcos 1:12-15
Año C Lucas 4:1-13
Segundo Domingo de Cuaresma
La Transfiguración (Marcos 9:2-10)
La Transfiguración de Jesús nos ofrece la promesa de la luz y la gloria, incluso aunque nos tardemos en tomar nuestra cruz y acompañar a Jesús hasta la muerte. Pedro, Santiago y Juan vieron realmente a Jesús transfigurado en luz, la luz de Dios. Esta experiencia sucedió en lo alto de la montaña, mientras Jesús oraba su rostro se transfiguró y cambio de aspecto. El Evangelio de este día es contradictorio, se habla de muerte y se vislumbra la gloria.
¿Qué podemos aprender de esta experiencia? Sencillamente que los planes de Dios no son nuestros planes. Así como Jesús y sus discípulos tuvieron que bajar de la montaña para continuar con su jornada, que terminaría en la cruz, así nosotros estamos invitados a continuar luchando para poder transfigurar a la creación que nos rodea y a la humanidad entera. Solamente entonces escucharemos las palabras del Padre hacia nosotros. “Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo.”
Año A Mateo 17:1-9
Año B Marcos 9:2-10
Año C Lucas 9:28-36
Tercer Domingo de Cuaresma
Recordando la Historia de Jesús – y la nuestra (Juan 2:13-25)La Cuaresma es un tiempo donde se nos invita a simplificar nuestra vida para enfocarnos en una nueva jornada de fe. Litúrgicamente, acompañamos a Jesús en su jornada y misión hacia la cruz. Esto nos ayuda a reconocer nuestro crecimiento espiritual para el encuentro con Jesús nuestro hermano y modelo a seguir. ¿Pero como descubrimos que es él, el verdadero templo? ¿Cómo llegamos a la verdadera invitación de Dios a nosotros en esta Cuaresma? Tal como sus discípulos estamos con él en la limpieza del templo. En nuestra propia limpieza espiritual ayudados por él. La Eucaristía dominical nos recuerda la historia de que Jesús levantara el templo en tres días. Cada vez que Jesús realiza algún evento importante en su vida pública nos invita al compromiso de ser verdaderos discípulos(as) con identidad cristiana. ¿Estamos preparados para ello?
Año A Juan 4:5-42
Año B Juan 2:18-25
Año C Lucas 13:1-9
Cuarto Domingo de Cuaresma
Cuarto Domingo de Cuaresma
¡Así amo Dios al Mundo! (Juan 3:14-21) Entender la profundidad del misterio de Jesús, tomo largo tiempo para sus seguidores. Ni siquiera Nicodemo como maestro de Israel entendía las cosas. Por lo tanto para nosotros la Cuaresma es tiempo propicio para también de entender los misterios de la Vida, Pasión, Muerte y resurrección de Jesús. Nuestro corazón se debe de llenar del Espíritu del Resucitado. Debemos de levantar el corazón hacia el Señor, nuestro deseo es que todos entendamos que Dios es fuego en nuestra vida. La Eucaristía de este domingo debe de darnos fuerza para levantar a otros de sus debilidades. ¿Lo haremos? Recordemos que nuestra salvación viene de una buena relación con Dios y nos la ha dado como regalo. ¿De qué forma expreso mi gratitud por este regalo divino?
Año A Juan 9:1 - 41
Año B Juan 3:14 - 21
Año C Lucas 15:1 – 3. 11 - 32
Quinto Domingo de Cuaresma
Si el grano de trigo cae en tierra y muere… (Juan 12:20-33)¿Fue fácil para Jesús el sufrimiento de su Pasión? Aparentemente, no. “Ahora mi alma esta turbada. ¿Diré acaso: Padre, líbrame de esta hora? ” El enfoque principal del Evangelio de San Juan es el siguiente. “Cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré todo.”Por una parte quiere decir, físicamente cuando sea levantado en la cruz. Por la otra parte quiere decir cuando sea glorificado, resucitado. El Juan la palabra gloria y la cruz nunca se separan. El reto en este Evangelio es el servir a otros, muriendo en el servicio es que naceremos a la vida eterna. Los servidores de Jesús lo imitamos. Dar la vida por los ideales de Jesús, es que podremos llegar a la glorificación. En nuestra sociedad gloria significa reconocimiento, honores en Jesús es morir en el servicio con alegría. ¿Qué experiencia de la compasión de Dios hemos tenido en esta Cuaresma?
¿Cuál de estos Evangelios toco tú vida? ¿De qué forma vas a acompañar a Jesús para estar con Él en la cruz? ¿Podrás resucitar esta Pascua?
¿Cuál de estos Evangelios toco tú vida? ¿De qué forma vas a acompañar a Jesús para estar con Él en la cruz? ¿Podrás resucitar esta Pascua?
Año A Juan 11:1 – 45
Año B Juan 12:20 – 33
Año C Juan 8:1 – 11
Domingo de Ramos
Jesús dando un fuerte grito, expiró (Marcos 14:1-15,47)Hoy es un día de fiesta, hoy es un día de contradicción, Jesús llega victorioso a la muerte. Los pobres y los sencillos de corazón le aplauden y se alegran con su presencia. Los ricos y duros de corazón planean darle muerte al que es la vida misma.
¿Qué podemos aprender hoy de este acontecimiento? Sencillamente que el corazón del ser humano es cambiante. Muchas veces se deja llevar por sus emociones y es ahí donde pone su confianza. La liturgia de hoy nos invita a levantar nuestras palmas y recibir a Jesús como Rey. Abramos los ojos y el corazón para ser cristianos de compromiso, no de alboroto.
Conservemos nuestras palmas, no para colocarlas en el coche, o detrás de la puerta, sino ojalá que sean un símbolo de la victoria de Cristo en nuestra jornada de fe y que sepamos que es también nuestra victoria. Victoria, sobre el pecado – la gracia, sobre la muerte – la resurrección. No olvides que las palmas no son mágicas, estas simples ramitas nos recuerdan que debemos de tener un cambio radical en nuestras vidas. ¡Se llama Jesús!
¿Qué podemos aprender hoy de este acontecimiento? Sencillamente que el corazón del ser humano es cambiante. Muchas veces se deja llevar por sus emociones y es ahí donde pone su confianza. La liturgia de hoy nos invita a levantar nuestras palmas y recibir a Jesús como Rey. Abramos los ojos y el corazón para ser cristianos de compromiso, no de alboroto.
Conservemos nuestras palmas, no para colocarlas en el coche, o detrás de la puerta, sino ojalá que sean un símbolo de la victoria de Cristo en nuestra jornada de fe y que sepamos que es también nuestra victoria. Victoria, sobre el pecado – la gracia, sobre la muerte – la resurrección. No olvides que las palmas no son mágicas, estas simples ramitas nos recuerdan que debemos de tener un cambio radical en nuestras vidas. ¡Se llama Jesús!
©Lupita Vital
Vital@dsj.org
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