lunes, junio 04, 2012


¡La fe no es un hecho de un ratito!

El próximo domingo 10 de junio celebraremos la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Este día es de una gran solemnidad ya que nos enfocamos en la Eucaristía, como una comida espiritual que se nos provee a todos los creyentes. Cuando hablamos del Banquete Eucarístico, estamos hablando de comer y beber el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Si escuchamos con cuidado a las lecturas de este domingo nos daremos cuenta que en las tres se menciona la palabra alianza. La Eucaristía conmemora la alianza definitiva entre Dios y el pueblo por medio de Jesús. En las palabras que Jesús dice a sus discípulos se nos da a conocer el verdadero significado de su Cuerpo y de su Sangre. “Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por muchos.” (Marcos 14:24).

La invitación es ser nuevas personas al recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía. Su Cuerpo y su Sangre nos libran de toda atadura y barrera. En otras palabras, la Eucaristía no significa una devoción privada, sino que promulga la nueva alianza, la construcción de la comunidad. Nosotros creemos juntos como comunidad de fe.

Es por esa razón que durante la comunión en la Misa, todos cantamos a una voz y no es bueno aislarnos nosotros en nuestra oración. Para ese momento de silencio tan solemne es que el sacerdote después de la comunión y del canto nos da unos momentos de silencio.

Por lo tanto celebremos con gran gozo esta hermosa fiesta. Que las procesiones con el Santísimo nos lleven siempre a honrarlo, adorarlo y a llevarlo en nuestro corazón como templos vivos donde more la Trinidad para siempre.

¿Cómo le respondemos a la Palabra del Señor cuando nos dice que él está presente en el Pan y Vino de la Eucaristía?


¿Cómo me estoy preparando durante esta semana para tener la experiencia de la presencia de Jesús en la Eucaristía?


Ojala que podamos decir como San Francisco de Asís. “Nuestro Señor está siempre presente en aquellos que creen en el.” Preparémonos, pues con un corazón abierto y agradecido a celebrar al Señor entre nosotros, como alianza y presencia eterna. Como sus fieles seguidores, necesitamos nuevas actitudes y comportamientos. Solo así seremos sal y luz del mundo. Llenando su ideal de mejorar la relación entre Dios y los demás.



©Lupita Vital C.

Directora del Apostolado Hispano

Diócesis de San Jose, California

vital@dsj.org